Amor sobre ruedas

Si tus piernas pudieran andar seguramente tus pasos hubiesen tomado un camino diferente al mío, yo he sido el afortunado por tener el privilegio de ser tu guía. Tal vez no pueda hacer que camines de nuevo, pero tú, amor, lograste que mi corazón volviera a latir como debe ser.

No te alcanzas a imaginar el cambio increíble que le has dado a mi mundo, pues a pesar de que puedo ver, estaba cegado por la tristeza, viviendo en la oscuridad de la soledad, sin hallar una salida; vivía solo, perdido en un laberinto de melancolías, pero has sido tú quien ha iluminado mi camino.

No deseo estar con alguien diferente a ti, tan solo observa mi rostro extasiado de felicidad absoluta cuando te tengo conmigo.

Nunca pienses que me molesta o incomoda pasear contigo en tu condición, por el contrario, ¡me encanta!, pues tu eres aquel ser que me mantiene en el camino correcto, eres mi norte y mi ángel que siempre va delante de mí protegiéndome en cada momento.

Elevo mi rostro al cielo y pido con todo mi ser que puedas ponerte en pie nuevamente y cuando eso suceda tus primeros pasos los des hacia mí.

Amo nuestros paseos en el parque, amo como sonríes, es como si el que estuviera en una silla de ruedas fuera yo, pues no puedo imaginar una vida sin ti. Me has dicho que puedo estar con alguien que pueda caminar, alguien normal, que tu solo eres un impedimento para mi felicidad, pero te equivocas amor, pues amar se trata de esto, de estar aun en los momentos más difíciles y sé con seguridad, que si yo estuviera en tu lugar, tú también harías lo mismo y nunca me dejarías.

Prometí amarte en todo momento, incluso cuando las condiciones fueran extremas y de aquí no pienso moverme.

Caminaré contigo por el resto de mi vida sin dudarlo, y si en algún momento me ves correr, te prometo que va a ser para estar junto a ti y tomarte en mis brazos. Nunca me alejes de tu vida, pues si tú me faltas serán mis pies quienes pueden fallar, pues no sé andar sin ti a mi lado.