Fragmentos

Quería ser el hombre que la hiciera inmensamente feliz, pero ella había fabricado una muralla alrededor de su corazón y no permitía ingresar a nadie. Yo Sabía que le atraía, más aún ella no me dejaba entrar en su alma. ¿Deseas ser parte de mi vida? Me preguntó, – es lo que más quiero- respondí. Entonces te llevaré a mi alma y observarás detalladamente lo que allí se encuentra y luego veremos.

Las ballestas que me apuntaban, bajaron, quitó las cadenas y me despejó el camino cubierto de espinas y logré entrar. Una puerta angosta al final del pasillo de en su interior se abrió, ella me dijo – Lo que buscas se encuentra tras esa puerta-, entonces ingresé cuidadosamente. -¿Qué es esto?- Me dije sorprendido, su corazón se encontraba roto y agonizando en el piso. ¿Por qué motivo tu corazón está en mil pedazos?, a lo que ella con una sonrisa me respondió – Muchos juraron amarme, como tú lo estás haciendo ahora y les di todo de mí y luego dejaron caer mi corazón con su falsedad cuando ya no les servía, por eso solo vez fragmentos de él, miles de ellos.

¿Ahora entiendes? En mí, ahora solo hallarás dudas, tristezas y miedos, por eso es mejor que te alejes, ya sufrí lo suficiente.

¡Espera! Juro que quiero hacerte feliz, le dije suplicando que me escuchara. – ¿Cómo hacerlo? Dime. – Entonces tomé mi corazón y se lo enseñé, -al igual que el tuyo está en miles de pedazos, pero cada fragmento lo fui pegando de nuevo, porque creo que se puede ser feliz y tenía fe y esperanza de encontrar a alguien que lo quisiera aún con daños, esa persona eres tú.

Acéptalo, yo tomaré tus fragmentos y me encargaré de armarlos poco a poco y cerrar con mi amor todas esas heridas, aunque me lleve toda la vida.

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